viernes, 9 de agosto de 2013

La Estancia, entre nos, La Mabel

Fin de semana, buen momento para escapar del loquero capitalino y enfilar hacia Ingeniero Maschwitz. En lo que fue una antigua pulpería funciona La Estancia, pero si pregunta por ese nombre, lo más seguro es que no la encuentre, porque en familia todos la llaman “la Mabel”. Es por Mabel, dueña y señora del lugar, la que está al frente de la parrilla, sí, una de las únicas mujeres que en el país de los machos asadores se atrevió a dominar el fuego. Pero además, para serle fiel a su género, Mabel amasa las pastas. 
Su menú es sencillo: empanadas caseras fritas, lengua a la vinagreta, tortilla de papa con cebolla (deliciosa), berenjenas en escabeche y después, pastas (los ravioles de verdura y seso, memorables, y los 29, ñoquis, también ricos). De la parrilla, lo mejor es la bondiola con papas fritas encebolladas. Los postres siguen la misma línea: dulces caseros, para comer con queso, los que Mabel prepara entre un turno y otro, o el budín de pan. Para los que tienen casa en la zona, hay comida para llevar. 
El lugar es atendido por la familia y está siempre lleno. Después de probar los platos y pagar la cuenta, entenderá el motivo del éxito. 

GPS: Mendoza y Colectora Panamericana, Ing. Maschwitz.

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